Hace unos días acompañaba a Nelly Pérez Giráldez a la Fiesta de la Consolación en Coia. Iba esperar a Abel Caballero. De repente un inesperado chaparrón. Nelly, espontáneamente, dijo: !!! Bueno, bueno, bueno, pues sí que es mala suerte!!!. Es lo que dijo, cuando a mitad de camino de su casa, el cielo decidió ponerse a llorar, y hacernos partícipes a los de abajo de su llanto. Y es lo que pasa. Se apostó en una esquina, acordándose de los tres paraguas que “tengo en casa”.
Eso es lo malo. Cuando las ves venir, te resguardas, para que no te caiga nada encima. Pero no siempre es así, y te coge de traición.
En estos casos tienes dos alternativas. Achantar con lo que te caiga encima. O por el contrario, resguardarte en una esquina, esperar a que escampe, y con un poco de suerte, que vuelva a salir el sol. Fue lo que hicimos.
Cuando llegó Abel escampó.
domingo, 8 de julio de 2007
El inesperado chaparrón
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