lunes, 25 de junio de 2007

Mis cortas estancias en la aldea



por tito gómez giráldez

Algunas veces me preguntan mis amigos ¿te vas a la aldea?. Se refieren a mi aldea, a mi pueblo, a mi Villa, a La Cañiza en la que con cierta frecuencia me refugio, siempre que me lo permiten mis obligaciones. La "aldea" en la que encuentro de todo, hasta el escaso bien de la tranquilidad: el buen cocido, el buen jamón, ..., la calidad de sus productos frescos y la amabilidad de personas como: Juan el del Pozo, Manolo el del Imperio, su tocayo Manolo el del Reveca, o los hermanos Paulino y Carlos Giráldez, a Luis Gómez Piña, etc. Perdón a la gran cantidad de amigos que no nombro, pero como comprenderán no es cuestión de llenar varias páginas. Un caso aparte es el de Carmen Domínguez – la Secretaria del Alcalde – que une a la amabilidad, la simpatia y sobre todo la gran actividad y eficacia en el trabajo.
Estos días de permanencia en A Cañiza, los aproveché para saludar a los amigos y para hacer un especial de la Villa, pa el periódio EL FORO METROPOLITANO.
También aproveché estas mini vacaciones para leer la novela – relato corto " Sueños E Historias de Breogan", del jovencísimo autor Breo de Gómez, ganadora del "Premio Peninsular de Novela Corta para Jóvenes WENCWSLAO WERNÁNDEZ FLOREZ -Gran Vigo", que anualmente se convoca en 3 idiomas: Gallego, Castellano y Portugues". La acción de la novela se desarrolla en este pueblo de montaña y entremezcla la historia, las historias que circulan por el pueblo, la geografía de la zona y la fición. Como dice Francisco Fernández del Riego: "A trama aparece tecida con naturalidade, en medios no que se concilian axeitadamente o imaxinativo co real. Os varios personaxes que a protagonizan, exprésanse, actúan e síntense cada un de acordo co papel que lle corresponde. No particular, salienta a viva presencia do Xilote, ademáis dos aconteceres nos que se move Breogán. Pero, con todo, compráceme a simpática figura da avoa contadora, co seu saber das vellas tradicións.
Por outra banda, fora das aventuras reflectidas na narración, é interesante tamén o debuxo do ambiente xeográfico, así como a mestura de autobiografía e imaxinación". O como comenta Fernando Franco: "A sus 14 años, a lo largo de 60 folios y con una buena capacidad descriptiva, hace honor a la memoria y a las tradiciones, lo que es esperanzador en estos tiempos en que a la memoria se la trata como un trasto viejo...".
Una vez deleitado con la lectura visite la Casa – Museo Diego de Giráldez (el Concello de A Cañiza y su alcalde César Mera están negociando la posibilidad de que el "Certamen Internacional de Pintura Jóven Diego de Giráldez" se desarrolle una vez cada dos años en esta Villa, compartiéndolo así con el Concello de Vigo) ubicado en la Plaza Mayor - os recomiendo que lo visiteis-. Allí, con el pintor, recordamos viejos tiempos en Cataluña, recordé como una noche de "San Juan", en Barcelona, recorriendo las Ramblas – después de compartir una tarde – noche de tertulia con Gala, Dali, Antoní Pichot,... – a una hora indecisa de la aurora adivinada; mientras yo me entregaba a la delicia de ese nacimiento singular de un nuevo día, con el perfume de las primeras flores barcelonesas, Diego caminaba pensativo, cabizbajo. Sólo cuando aventuré el recuerdo de A Cañiza, sentí el pasmo de oirle contar, sin perdida de detalle y con un sentimiento subjetivo que evitó parecer excesivo, sus vivencias y recuerdos infantiles en la Villa del "Jamón". "¿Sabes la historia de A Cañiza? Es ciertamente interesante: nació de las gentes del Valle de Valeixe y Parada que subian sus ganados a las laderas del Monte Suido. Para no tener que bajar todos los días y resguardarse de las tempestades, construyeron unos "cañizos" – casetas hechas con cañas - . Con el paso de los años la necesidad de unir los pueblo del interior, - Orense, ... -, con la costa, - Vigo, ...-, hizo que las "calzadas" pasaran por entre esos "cañizos", formándose un pequeño pueblo que adoptó el nombre de A Cañiza". Me habló de A Cidade, .... . No se le escapaba nada a su prodigiosa memoria y nunca mejor aplicado este don especial de Diego para lo minucioso.
Pues bien, en esta Villa de A Cañiza es en donde de vez en cuando me refugio de la "agresividad" "humana". Voy a dejar de daros la lata por que son las 3 de la madrugada y ya no veo las letras y signos.